Soñé que estabas.
Que comías caramelos,
esperando un remis.
Soñé que reíamos.
Tenías esos rodetes en el pelo,
ese saco negro,
que te quedaba hermoso.
Tenías ese bolsito, y ese pantalón.
Que estabas conmigo, riendo,
con la boca llena,
te supe cerca..
Me apoyé contra una mesa y te pusiste cerca mio,
muy cerca, sentí ese aroma...
Esa bondad y ese rodear,
esa finura, ese reverenciar..
Tomé tu cintura y respiré lo mas hondo que pude,
queriendo que todo se vuelva realidad..
Te besé en lo más tierno,
en un cuello de color profundo,
en un cielo te besé,
dijiste mi nombre..
Hasta ese momento fuiste ideas danzando,
en sueños alzé una vista,
y te materializaste como un angel profano,
supe dibujar tantas veces esa boca esos ojos,
esa complexión.
Nos abrazamos mas fuerte que nunca.
Como esas veces..
Me tengo que ir, decías, yo no quería,
quise conservar la hermosura una eternidad más..
Te dije que esperes, y te canté una canción al oído.
Siento la insistencia pasar,
siento ya la calma minar.
Siento lo lúgubre manar,
siento tu recuerdo gritar.
Olvidaré
el enarbolado sueño
de un mundo en el que juntos
fuimos tanto como cielos
en un rumbo ideal..
Olvidaré
esa tan alegre risa,
ya la noche se hace brisa,
aún en mi corazón
hay amor..
Al terminar de cantar volvias a estar conmigo,
me dabas ese beso esperado
con el cual desperté llorando,
se acercó mi gata maullando amistosa.
En un despertar incauto,
le dije, la soñé.
Creés que ella seguirá pensando en mí?
Dame una señal.
Dejé que hiciera, sin más,
no se bajó de mí,
siguió ronroneando,
y con su cabeza frotó mi frente.
Y no supe mas que llorarte.
Llorarte por fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario