domingo, 23 de octubre de 2011

Invito a Caminar





Gargantúa de dioses,
divisa de mancebos,
la flor roja se termina
y comienza a germinar
esa dolencia de tiempos,
que era obvia
pero que esquivábamos.

Conllevo fisuras y experiencias
aún no entendidas ni terminadas,
extiendo esas palmas
tan blancas y encantadoras,
presentando ese corazón incauto y divino.

Se llama cuidador de mundos,
se autoproclama rey de vicisitudes,
ese torpe y tierno pimpollo
que deviene en un cantar maldito
y tan conciso...

Abriendo los portones magnánimos
de esa ciudad motora y frágil,
invito a suaves piernas a caminar
veredas de cristal.

Y a pequeñas flores firmes y diurnas
visitar esas paredes de noches golosas,
prometiendo un dormir blanquecino y consolador
mientras la dual gata caze mariposas nocturnas...

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