lunes, 17 de octubre de 2011

Corrige su Órbita




Soy araña de ocho patas
y en medio de una atenuada noche
demasiado larga y fría,
la mosca difiere en su vuelo
y conserva la cordura,
vuelve al cauce y corrige
esa órbita mediante la cual
vuelve a estar por delante mio.

El insecto hermoso, divino,
vuela sin noción del depredador,
vuela en silencio, feliz,
pero su vida se apaga
cada vez más, a cada segundo
en que se acerca más y más.

Soy araña y me saluda esa mosca,
con su pudrición intacta y sus miles de ojos,
con los cuales ve tan pero tan oscuro
ese horizonte y ese mañana de armagedón.

Soy araña filosa, aterrorizante,
comienzo a tejer estas telas
de formas tan espeluznantes,
tan fuertes y precisas, tan mortales,
brindando a la vista un estupor arcaico.


La araña sueña, sufre e implora,
pero es fría como mil inviernos.

La araña es Dios y el diablo,
es el día y el crepúsculo, es el ayer,
es la sucia neblina que se cuela
bajo las sábanas al llegar el vampiro.

La mosca es mariposa,
es magistral en sus dibujos de alas fantasmales,
es suave en su cantar y ofrece millones de halagos.

La mariposa es mía.

Contengo a esta mosca en la palma de mi mano,
la despedazo, la ofrezco a mis dientes flojos,
la trago y finalmente sale por mi ombligo,
convertida en ángel divino.

Despierta la araña y descubre
que todo fué dibujo en su red interminable,
que nada sucede, y que la mosca mariposa
bate sus alas en otras provincias,
que en estiércol la mosca tiene su reino.

La araña ríe espeluznante
hasta que pierde la cordura,
entronca en su mundo de tela interminable
y comienza a devorarse a si misma..

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