
Dádiva homogenea y vivaz,
danzas entre dedos de suaves manjares
y enterneces al más apto de los asesinos.
Derrites esta mirada incipiente y voraz,
en un destello que rivaliza
con contemplaciones de dioses y reinas
en imágenes de realeza infinita.
De entre frondozas mantas,
el ruiseñor apóstol de divas,
turbado, arrastra alas,
sofocado mas no ahogado..
Sostiene el pesar de ser terreno
en un tarro colorido,
mientras eleva el ser
en un saber y en una esperanza,
en la que tocará esos labios y será brisa
en medio de esas nubes rosadas y violáceas...
Acaricia esas añejas palomas muertas,
que en su suelo confunde ansioso
con malvas silvestres y frescas..
Devuelve el silencio a esa pared,
eterno en tamaña oscuridad ya no sabe
de sus ojos cerrados o abiertos..
Escucha el tifón cortado
de luces encendidas para luego
tomar confianza del sonido y recordar,
discernir entre acoples y maravillar
ante esa cerradura nerviosa que juega
con la llave rápida y correcta.
Se arrodilla, abre los brazos..
Como océano lo baña ese rojo,
suplantando al negro..
Es luz, vista a través de párpados,
que de sangre se pueblan en circuitos
mas allá de texturas..
No hay comentarios:
Publicar un comentario